
En las soleadas montañas de antaño, descansa el suave resplandor de lo que quedo atras
El infinito de esas montañas plasmadas en el mar de nubes refleja el silencio
Cantos que erguian los estandartes de los arboles y hacian tocar las trompetas del color
El invierno no toco esa puerta de sabor escarlata hasta el dia de los angeles Tronando razgaba la manta del silencio que cubria el mar
El silencio ahora era de tambores
Era el cielo quien jugaba con el sonido del silencio, enmarcado en su arco de plata bruñida
Armonia en el poder del trueno
Paciencia en la suavidad del sol
Infinidad en la lluvia
Libertad en el ciervo de astas plateadas
Eternidad en el viejo roble que abergaba al mundo con calma.
El silencio se teñia de sangre en el antaño
Ajeno a la eternidad del sauce, solo un recuerdo, un recuerdo de brillo que no beneficiaba
un recuerdo de lamentos encerrados en una bolsa de arboles en verde
un recuerdo de ira y descontrol
un recuerdo de desvios de grandeza y honestidad tan fragiles como cristal
Del dolor de una madre, de un hijo, de un padre, de un mundo en contra de si mismo
un recuerdo de incomprension, de ceguera, codicia y abominaciones
un recuerdo del angel que destruyo a sus iguales y se destruyo a el mismo...
Solo un recuerdo...